sábado, 6 de enero de 2018

El palacio de invierno (Der Winterpalast), de Eva Stachniak


El palacio de invierno en su versión alemana fue un regalo muy puntual: una novela sobre San Petersburgo y Catalina la Grande días antes de mi visita a la ciudad. No fue mi lectura de vacaciones, ya que a Rusia me llevé otras novelas, pero leerla meses después del viaje me ha hecho recordar los rincones de la ciudad que más me gustaron. Muchas veces la Historia es una gran novela, y aprender sobre Catalina la Grande, la zarina „alemana“ que, dicen, fue una de las causas de la emigración de alemanes a Rusia cuyos descendientes aún lo recuerdan, era una de mis asignaturas pendientes. Es un bestseller, una novela histórica, y como tal muchos detalles reales están mezclados con algunas conjeturas, y contados por personajes ficticios cuya existencia es más que oportunista para poder contar la subida de Catalina al trono de forma interesante. Pero conseguirá engancharos. 


Eva Stachniak es una escritora polaco-canadiense, y publicó El Palacio de Invierno en 2012, que se convirtió en Bestseller. Hay segunda parte, sobre el reinado de Catalina en sí.

Eva Stachniak (web de la autora)
Catalina la Grande era alemana, una princesa de Prusia de rango menor. La zarina Isabel le invita a visitarles a Rusia con la intención de comprobar si es la mujer ideal para su sobrino Pedro, posible sucesor al trono. Y Bárbara (o Warwara, como le llaman allí), una trabajadora del Palacio, nos cuenta su historia.

Las intrigas de Palacio y las relaciones interesadas entre los personajes son coprotagonistas de la novela: la misma Bárbara descubre informaciones privilegiadas y juega con ellas, manteniendo un difícil equilibrio entre la amenaza del mal genio de Isabel y la malicia de Betuschev. Y aunque obviamente dudamos de la existencia real de este personaje, es perfecto para contarnos lo que ocurre, y su origen humilde nos hace solidarizarnos con ella y entender sus flaquezas y sus decepciones.

Si os interesa Rusia y ese tramo de su historia, desde luego esta novela es para vosotros, aunque no está editada en castellano. Y si os gusta San Petersburgo, también: recorreréis sus calles y sus islas, y aprenderéis bastante. Obviamente, la Historia está novelada y hay que leer con distancia, pero precisamente esa ficción en la historia, la hace fácil de leer e interesante. Yo creo que, en alemán o inglés, me leeré también la segunda parte.

Ratita de laboratorio

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