lunes, 6 de enero de 2014

Niebla, de Miguel de Unamuno

Niebla es uno de esos libros pendientes que en algún momento de mi vida quería leer. No muy largo y con la sospecha de que no sería muy complicado, se merece la primera crítica del blog del 2014. A mí, que me gusta mucho la literatura experimental, Niebla me ha parecido un libro muy moderno: el título da idea del tema de la obra, donde la frontera entre la realidad y la ficción no está clara. Dejaos envolver por ella y dudad hasta de vuestra sombra. 
Unamuno, escritor y filósofo, es integrante de la Generación del 98 en España, surgida tras la pérdida de las últimas colonias y la crisis política pero también moral y social que surge tras ella. Unamuno fue sobre todo crítico: condenado a varios años de cárcel por injuriar al Rey, participó activamente en el advenimiento de la República tras sus críticas a la Dictadura de Primo de Rivera. Fue nombrado diputado por Salamanca en 1931 pero, decepcionado por el curso de los acontecimientos, terminó apoyando el Golpe de Estado de Franco, identificándolo con un movimiento regeneracionista que conllevaría una reforma real en el país. Sin embargo, al final de sus días se arrepintió de este apoyo debido a las represalias y al asesinato de muchos de sus amigos y conocidos. Él mismo fue destituido de su cargo como Rector de la Universidad de Salamanca en 1936, poco antes de su muerte.

En Niebla, Miguel de Unamuno nos cuenta la historia de Augusto, hombre rico e indeciso que quiere casarse pero que no sabe muy bien con quién. Enamorado de Eugenia (o más bien de sus ojos, y de una forma platónica), la corteja, a pesar de saber que tiene novio.

La importancia y el valor de este libro no se basa en su argumento, sino en la niebla de la que habla y en la que se encuentra el mismo Augusto: personaje de Unamuno, duda de su propia existencia, sobre la que discute con el mismo autor. Ya desde el principio del libro, prologado por uno de los personajes, notamos que la mezcla de realidad y ficción es el verdadero tema de la obra. Unamuno afirma haber matado a Augusto, y duda sobre si Goti (el personaje prologuista) no se merece el mismo fin.

A mí Niebla me ha parecido muy original, pero es sólo apta para quien se interesa por los libros un poco raritos, ya que la historia en sí, aunque divertida, no tiene mucho interés. Creo que refleja el carácter de Unamuno, que con esta obra buscaba regenerar la novela, así como durante su vida buscó regenerar nuestro país. Sin meterme en valoraciones políticas, su inconformismo y su capacidad de crítica de todo (y a todos), serían muy necesarios en el mundo de hoy donde nos callamos demasiado.

Ratita de laboratorio

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