lunes, 26 de agosto de 2013

El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald

El gran Gatsby vino de paso a mi casa, pero se quedó. Un amigo ya lo había leído, y como aquí el tráfico de libros en castellano es más escaso que en España, pues no desaproveché la oportunidad e hice trueque con mis ejemplares. Su lectura se vio retrasada por otra obra de la que ya hablé en otra entrada, pero cuando pude, lo leí. La verdad es que me ha gustado bastante, yo lo recomiendo, y más ahora que con la película se ha puesto de moda. Por cierto, lo tengo que devolver. 



Francis Scott Fitzgerald, que publicó El gran Gatsby en 1925, forma parte de la Generación Perdida. Este conjunto de autores, que vivieron en su juventud la Primera Guerra Mundial, surge en los años veinte, que describen hablando de su materialismo, y del jazz y La Ley Seca y, más tarde, del cese del desenfreno con la crisis de 1929. Fitzgerald escribió pocas novelas porque no le daban mucho dinero, y dedicó la mayor parte de su tiempo a escribir relatos cortos y guiones porque eran más rentables, aunque la venta de sus derechos tampoco le permitía vivir con el lujo que le gustaría.
 
El narrador de nuestra historia es Nick Carraway, un joven del Medio Oeste que viaja a Nueva York tras haber luchado en la Primera Guerra Mundial para ganarse la vida. Allí se reencuentra con su prima Daisy y su marido, Tom Buchanan, y conoce a Jay Gatsby, su vecino, aficionado a organizar fiestas legendarias donde casi todo está permitido. Jay Gatsby es un hombre guapo, rico y misterioso, del que se rumorean muchas cosas, pero del que nadie sabe nada con certeza.

Supongo que el libro describe bien esa época de locura que fue la década de los veinte, y Gatsby y Buchanan son típicos personajes que nos imaginamos podían asistir a ese tipo de fiestas. Yo destacaría del libro la descripción psicológica de los personajes: Nick, como dice al principio del libro, no gusta de criticar a nadie, por lo que con el tiempo, sus conocidos le cuentan más cosas sobre sí mismos de las que a él le gustaría. Con una gran capacidad de observación, Nick psicoanaliza a partir de un par de frases o situaciones a sus conocidos, dando en el clavo con sus puntos débiles sin dar largas explicaciones, y sin tratar de juzgarlos, tarea que deja al lector. Somos nosotros los que adivinamos la riqueza de algunos personajes femeninos, y los que compadecemos a otros si algo les va mal.

El gran Gatsby está bien, yo lo recomiendo: aunque sin grandes aspavientos, a mí me ha gustado. No digo nada nuevo si digo que hay película: no sé si estará bien, pero es de Baz Luhrman, el director de Moulin Rouge (y eso para mí es signo de que puede ser buena). Os diré que a mí Leonardo Di Caprio como Gatsby me pega muy bien, casi mejor que Robert Redford, y la elección de Tobey Maguire como Nick Carraway me parece perfecta.

Ratita de laboratorio

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